El Samsung Galaxy A5 nos ofrece una buena capacidad de memoria interna (32 GB, que es la única) a la que no tenemos que limitarnos pues hay una ranura para ampliar hasta 256 GB vía microSD, que curiosamente no comparte con la nanoSIM, que tiene otra colocación y bandeja propia en el marco del terminal. Estamos ante un terminal con pantalla de diagonal casi perfecta hoy en día al menos para mi (5,2 pulgadas), con panel SuperAMOLED y una resolución de 1080p que tiene que ser más que suficiente para el día a día con el equipo. Si pensamos en máxima densidad para un uso como visor de realidad virtual es cuando podríamos decir que se queda algo corto. Otros datos de impresión sobre el papel nos lo da la cámara, con sensor de 16 MP y f1.9, y la batería, de 3.000 mAh y con carga rápida. No es un gama alta oficialmente pero por acabado, conectividad, resistencia al agua, nivel de la pantalla y la cámara o el lector de huellas, poco echaremos de menos sobre el papel en este Galaxy A5