El Samsung Galaxy A5 nos ofrece
una buena capacidad de memoria interna (32 GB, que es la única) a la que no
tenemos que limitarnos pues hay una ranura para ampliar hasta 256 GB vía
microSD, que curiosamente no comparte con la nanoSIM, que tiene otra colocación
y bandeja propia en el marco del terminal.
Estamos ante un terminal con
pantalla de diagonal casi perfecta hoy en día al menos para mi (5,2 pulgadas),
con panel SuperAMOLED y una resolución de 1080p que tiene que ser más que
suficiente para el día a día con el equipo. Si pensamos en máxima densidad para
un uso como visor de realidad virtual es cuando podríamos decir que se queda
algo corto. Otros datos de impresión sobre el papel nos lo da la cámara, con
sensor de 16 MP y f1.9, y la batería, de 3.000 mAh y con carga rápida.
No es un gama alta oficialmente
pero por acabado, conectividad, resistencia al agua, nivel de la pantalla y la
cámara o el lector de huellas, poco echaremos de menos sobre el papel en este
Galaxy A5 (2017)
Samsung no ha escatimado tampoco
en conectividad y hay bluetooth 4.2, NFC para pagos móviles, WiFi ac y Ant+
para tus accesorios deportivos. Eso sí, el puerto es USB 2.0 y sin MHL, por si
es algo que andabas buscando pese a que su uso creo que es bastante minoritario
con las alternativas inalámbricas actuales.
¿Y los colores en los que está
disponible? No podía faltar el dorado, rosa, azul o negro (me quedaría con este
último a nivel personal), pero quizás Samsung haya perdido la oportunidad de
ser más atrevido y no dejarse llevar por lo que ya hemos visto o tenemos en sus
gama alta. Mate, otros colores, algo que le diera un empuje en la
diferenciación y motivo extra de compra.
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